Windows XP se siente como el hogar
Publicado 2021-12-27. Actualizado 2024-12-30.
Windows XP es una de esas cosas que se encuentran justo en la línea divisoria entre lo clásico y lo moderno. Para convencerse de ello, es fácil pensar en los juegos que puede ejecutar de forma nativa: cosas decididamente clásicas como los juegos de DOS y Age of Empires, joyas de sexta generación como GTA San Andreas y Half Life 2, juegos populares de 2010 como Portal 2 y Metal Gear Rising Revengeance y títulos que salieron en 2020 como Minecraft 1.16. ¿Qué otro sistema ha tenido el privilegio de mantenerse tan vigente? No es de extrañar entonces que haya gente de cierta edad que guarde una buena opinión de este sistema.
Han pasado más de dos décadas desde el lanzamiento de XP y, sin embargo, sigue siendo utilizado por alrededor del 1% de los usuarios de computadores, redondeando. Se me ocurren múltiples factores a los que se podría atribuir esto, como los altos precios de los computadores nuevos, la falta de voluntad para actualizar computadores viejos que funcionan bien, la pobreza o simplemente la terquedad. Yo fui parte de ese 1% por unos meses en 2021-2022 y usé XP para escribir la versión inicial de este artículo. Aunque se supone que no tiene soporte, que es peligroso y que está roto, lo usé diariamente y me di cuenta que casi todo para lo que uso los computadores lo puedo hacer en XP.
Durante el cambio de siglo solo yo usaba el computador familiar con Windows 98 que teníamos en casa. A mi mamá ya no le era útil porque le bastaba con las máquinas en el trabajo y hace mucho tiempo que mi papá había entregado sus tesis de doctorado (al viejo no se le daban los computadores, así que mi mamá le escribió todos sus documentos en Word). En el colegio teníamos una sala de computación donde todas las máquinas funcionaban con 98, excepto por una que tenía XP. Nos decían que era un computador muy potente, lo que reflejaba los requisitos relativamente altos de XP en aquella época. Por eso que XP-tan tenía grandes pechos, ¿o no sabías?
XP-tan por Ikura Hato.
Cuando era niño era tan divertido jugar Age of Empires cuando los profesores no estaban mirando. En mi casa no teníamos internet, así que me conectaba en el colegio para descargar las últimas imágenes y llevármelas de vuelta a casa en disquetes. Recuerdo una de las bromas que solía hacer: tomaba una captura de pantalla del escritorio, la ponía como fondo de pantalla y luego ocultaba los iconos del escritorio, de modo que la persona que utilizare el computador posteriormente no pudiera hacer clic en nada. ¡Era diabólico!
Cuando instalé XP en casa, recuerdo claramente que no me gustó y que quería volver a Windows 98. Cuando intenté ejecutar el instalador de 98 en XP, se el programa se quejó con que no era posible y ese fue el final del asunto. Cuando mi mamá me regaló un computador propio para mi cumpleaños alrededor de 2004 (sé que fue entonces porque tenía Doom 3 instalado), éste traía XP. Utilicé XP en esa máquina más nueva hasta que salió Windows 7 en 2009, aunque después estuve yendo y viniendo entre ambos sistemas por un tiempo hasta que obtuve mi siguiente PC ya con Windows 7 permanente.
Si Windows 98 fue el SO de mi infancia, XP fue el SO de mi adolescencia. Fue en XP donde navegué por Internet por primera vez por mi cuenta, fue con él que probé por primera vez el Game Maker, hablé con tanta gente en MSN Messenger y edité mis primeros vídeos en Movie Maker y, mucho más tarde, en Sony Vegas para subirlos a Youtube cuando era nuevo. Instalé tantos paquetes de transformación que hacían que todo pareciera un Windows Vista que nunca existió, instalé temas coloridos, probé un montón de programas basura que hacían cada cosa y luché, como todos por estos lados del mundo que nunca compraron Windows, con el «programa de ventajas de windows original». Windows XP tenía, para bien o para mal, un monopolio casi completo en el mercado de los sistemas operativos, y eso significaba que no faltaban cosas nuevas y emocionantes que hacer y probar, como seguramente recordarán muchos de los que vivieron esa época. Fueron unos tiempos interesantes.
Una parte integral de la eXPeriencia.
Con tal de demostrarme a mí mismo que es factible usar XP en el año actual, lo instalé en mi portátil (Thinkpad T420) e investigué si podía replicar mi flujo de trabajo habitual. Si te interesa leer mi lista de programas útiles, vamos a la parte 2. De lo contrario, sigamos adelante.
Windows XP: Haciéndolo funcionar
Hayas leído o no la segunda parte, la conclusión es que casi todo lo que necesito para mi informática diaria tiene un referente en XP y, por ende, sigue siendo perfectamente utilizable. Fue una buena experiencia si ignoramos todas las vueltas que me tuve que dar para encontrar programas que funcionen.
Ah, ¿qué utilidad tienen todas esas actualizaciones cuando usamos los computadores de la misma forma que en 2006 con mínimas excepciones? Supongo que el negocio no es viable si los usuarios mantienen sus viejos productos de confianza para siempre; es necesario hacerlos pensar que necesitan lo último. Me imagino que Microsoft no se hubiera visto forzado a mantener XP por tanto tiempo de no ser por el fiasco de Windows Vista.
Windows XP nunca fue perfecto y las críticas a sus requerimientos de hardware, tema visual y continua integración con Internet Explorer (que en retrospectiva palidece ante la situación actual del software), pero si en su simplicidad y sus defectos puede hacer prácticamente todo lo que quiero, ¿realmente necesito algo más? En mi estación de trabajo principal probablemente nunca dejaré de usar Linux, pero debo admitir que cada día que pasa se hace más llamativa la idea de volver a algo más simple. XP se ve bien, es fácil de usar, utiliza muy pocos recursos y tiene una selección de software infinita. No es una cosa de nostalgia.
No sé cómo lo ha hecho una megacorporación sin alma como el gran satán Microsoft, pero ha creado un sistema operativo que es hogareño, acogedor y, accidentalmente, duradero y eterno. Algo tiene.